BUSCAR

MAS RECURSOS

martes, 12 de julio de 2011

El valor de los sueños en el liderazgo

La importancia de la motivación en el liderazgo no puede ser negada. Pero muchos líderes ignoran un componente crítico de la motivación, los sueños humanos. Los sueños realmente significan en el ámbito del liderazgo.

El liderazgo es motivacional o es caminar a ciegas. Los mejores líderes no le ordenan a la gente a hacer el trabajo, los mejores líderes motivan a la gente para que quieran hacer el trabajo.

El problema es que la gran mayoría de líderes no indagan en los aspectos profundos de la motivación personal y por ello no son capaces de motivar a las personas efectivamente.
Observe cuidadosamente a través de las metas, propósitos, aspiraciones y ambiciones y usted encontrará la fuente de la motivación, el sueño. Muchos líderes no tienen eso en cuenta.

Los sueños no son metas ni propósitos. Las metas son el resultado hacia el cual se dirigen los esfuerzos. La realización de un sueño puede contener metas, que pueden ser como escalones en el camino para alcanzar los sueños. Pero el cumplimiento de una meta no necesariamente tendrá como resultado el cumplimiento de un sueño.

Por ejemplo, Martin Luther King no dijo, “Tengo una meta.” o “Tengo un propósito.” El poder de ese discurso estaba en “Tengo un sueño.”

Los sueños no son aspiraciones y ambiciones. Las aspiraciones y las ambiciones son fuertes deseos de alcanzar algo. King no dijo que él tenía una aspiración o una ambición de que “un día esta nación surgirá y vivirá verdaderamente de su credo, “nosotros mantenemos estos derechos patentes, que todo hombre es creado igual.” El dijo que tenía un sueño.

Si usted es un líder que le habla a la gente de aspiraciones y ambiciones, usted está hablando de algo que los motiva, pero no necesariamente toca el corazón mismo de su motivación.

Después de todo, uno puede aspirar o ser ambicioso para alcanzar un sueño. Pero la inspiración y ambición también pueden estar conectadas con cosa menos importantes que un sueño.

Un sueño comprende nuestras más sentidas necesidades no satisfechas. Involucra nuestra identidad. Frecuentemente no nos sentimos realizados como seres humanos hasta que llevamos a cabo nuestros sueños

Si los líderes evitan los sueños de la gente, si los líderes nada más establecen metas (siendo importantes las metas), ellos pierden la mejor oportunidad de ayudar a aquellas personas a tomar una acción decidida y lograr gran de resultados.

Cuando Thomas Jefferson escribió en la Declaración de Independencia que “los gobiernos derivan sus poderes en justicia por el consentimiento de los gobernados,” él estaba escribiendo acerca de un sueño. Ningún gobierno europeo de ese momento era una democracia. Habían existido pocas democracias en occidente desde la caída de la democracia en Atenas más de 2000 años atrás. Pero el “sueño” de Jefferson motivó a la gente a actuar. De hecho, este sueño motiva la gente a actuar en todo el mundo actualmente.

Comprenda los sueños de la gente que usted lidera. La gente no le va decir lo que sueñan hasta que ellos confíen en usted. Ellos no confiarán en usted hasta que ellos sientan que usted les puede ayudar a lograr sus sueños. El tener esa comprensión puede cimentar una profunda base entre ustedes.
Los sueños no son fantasías. Ir a la montaña puede ser un sueño. Pararse en la montaña puede ser un sueño. Por otro lado, hacer que la montaña venga nosotros es una fantasía. Los sueños pueden ser realizados, las fantasías no. Enfóquese en los sueños, en aquello objetivamente alcanzable, no en las fantasías.

Los sueños son positivos, motivadores. La antigua palabra inglesa “sueño” (dream) significa “regocijo, música, hacer ruido.” Pero esta cualidad positiva e inspiradora puede tener repercusiones negativas en una organización.

Los sueños negativos pueden dañar una organización. Por ejemplo, los aspectos de unión y gestión son particularmente inflamatorios debido a un conflicto de sueños, en donde ambos lados ven al otro como “el enemigo”. Su audiencia deseando retornar a “los viejos buenos tiempos” puede constituir un sueño negativo.

Solamente un líder en que confíe la gente puede ayudarles a reorientar sus sueños.  Mucha gente tiene un sueño para su vida y para su trabajo. Aún las personas que se han encontrado en circunstancias adversas, tales como prisiones y campos de concentración, sueñan con una vida plena más allá de sus circunstancias actuales. Si ellos pierden sus sueños, ellos pierden una cualidad esencial de su humanidad.

La gente no será transformada a través de su liderazgo si usted tiene una pobre opinión y pocas expectativas acerca de sus sueños y/o si ellos están convencidos que usted no puede ayudarles a alcanzar su sueño.

Mucha gente no es consciente de lo que ellos sueñan. Pero eso no significa que no sean incluidos por el sueño que yace en el subconsciente. Un sueño en el subconsciente puede motivar a actuar a la gente aún sin tener la claridad conceptual de porque actúan.

¿Tiene la gente que usted lidera la plena conciencia del contenido de significado de sus sueños o se arriesga usted a tener en su organización actividades que están siendo motivadas por sueños que son apenas percibidos?

Cada sueño tiene un precio. Una cosa es pensarlo. Otra cosa es hacerlo. Conozca el precio que la gente debe pagar para alcanzar su sueño. Hágales comprender el precio.

Como líder, ¡sueñe con la gente! Si nuestros vagones no llegan a las estrellas, los vagones y las estrellas perderán su verdadero significado en nuestras vidas.

Los sueños dan un verdadero significado a la emoción y el propósito de actuar. La gente que cree que están viviendo su sueño ven sus trabajos como parte de algo mucho más grande y trabajan de acuerdo con ello. De igual manera, aquellas personas que ven su trabajo como la antítesis de su sueño, sentirán que su trabajo es opresivo; y trabajarán de acuerdo con ello.

Los sueños son realidad suprema. Un grafiti en una pared que se refería acerca de los sueños en París durante la rebelión de los estudiantes en 1968 decía lo siguiente: “Sea realista: ¡Haga lo imposible!”

Por: Brent Filson